sábado, 28 de julio de 2007

Vol. II .. Juego de miradas: Desarrollo

Muy bien, ahora vamos a entrar en caminos más morbosos, así sugiero que el lector si no quiere encontrarse con cosas desubicadas o descripciones que harían temblar las queridas faldas del cardenal Bergoglio, (bueee ya me la estoy creyendo viteh) prenda la tele y se ponga a mirar el canal rural.
La muchacha esta allí sentada tranquilamente, supongamos realizando la clásica acción de mirar por la ventanilla los bellos paisajes y/o situaciones urbanas capitalescas como un pibe de 4 años que parece llevar al pie de la letra la dieta de Cormillot vendiendo flores a los conductores, dos choferes tirandose halagos "argentinos" (lease "che %&")(??/** aprende a manejar"), un tipo en moto pidiendole prestada la cartera a una mujer de una forma un poco brusca, etc.
Mientras tanto nosotros nos frotamos un poco los ojos y nos preparamos para un viaje placentero e instantaneo (el verdadero viaje en bondi es un completo estorbo pero de eso hablaré en otra ocasión) que comienza en el tan buscado punto bipartito oscuro (algo asi como un valle escondido cuya profundidad siempre esperamos que sea lo más honda posible) entre dos médanos dorados, de suave pendiente (suponiendo que la muchacha lleva escote). Hecho este primer tramo, inmediatamente escribimos una nota mental que dice así: "comentar con otros participantes del juego en la previa del sábado que viene que vimos una mina en el bondi que tenía flor de GOMAS!!!. Punto y aparte". Luego nos quedamos en ese primer mirador panorámico unos segundos deleitandonos con la forma, el color, y los trazos impecables de esa hermosa obra plástica y a la vez agradecemos a su creador por haberla realizado ("oh Dios" o más bien "si el verdadero creador estuviera aca viendo como la miro ya estaría internado"). En este punto me gustaría aclarar que es recomendable cerrar la boca y mantener una expresión de disimulo ...
Ahora supongamos que la muchacha procede a pararse para ceder su asiento a un picarón abuelito que agradece y suele ser muy amable y simpaticón, pero nosotros tan compenetrados en nuestro juego solo atinamos a pensar "maldito afortunado este, dejame de hinchar, es un hombre a fin de cuentas, aprovecha para sentarse a disfrutar mas cómodo el paisaje en vez de estar ahi como un boludo parado (rol que ocupamos nosotros, los jovencitos petisos y manijas)".
Pues entonces, la señorita se para y se agarra de alguna de las tantas barras horizontales, verticales, etc. digamos que al lado nuestro. En este punto es fundamental poner en práctica una mirada lo más disimulada posible por motivos obvios, para arribar cómodamente al segundo tramo que estaría conformado por otros dos médanos redondos, semejantes a dos mitades de duraznos comunes sin almíbar, (minga! lo único que faltaría JÁ!). Yo personalmente en este tramo y ante un paisaje semejante, suelo desconfiar completamente de mis funciones motoras y de la capacidad de mi sistema nervioso para controlar mis movimientos (ya que mi mente lo único que atina a decir es "que ganas de tocar ese c ..."), por lo que con una mano agarrada a la mencionada barra metálica, procedo a meter la otra en cualquier bolsillo que encuentre (mío obvio, yo no robo eh?) temiendo cualquier tipo de movimiento "involuntario" (MINGA!) al estilo de aquella peli de terror berreta en la que las manos de los habitantes de una ciudad se revelaban contra sus dueños (se mira y no se toca, salvo que tengas suerte jejejeje). Ejem, Ejem, llegado a este punto haré un par de consideraciones acerca del estado apocalíptico en que posiblemente nos encontraríamos: la presión sanguínea enloquecida comienza a dirigirse hacia cierta zona corporal provocando su abultamiento y sus ganas de salir del escondite y mostrarse al mundo tal cual es (en su menor o mayor expresión, dependiendo del caso); la imaginación, ya tiene luz mas que verde para dar rienda suelta a sus mayores expresiones carnales; las glandulas salivales parecen intentar formar una cuenca amazónica ante aquel plato tan apetitoso. Pero a ver, aún con esta sobrecarga energética (crisis un poroto), siempre lo más importante es mantener el disimulo. Por lo tanto, si somos inteligentes (JAH!) mantendremos los labios pegados, una mirada indiferente y nos las arreglaremos para callar al gallo que se le antojo salir a cantar a esta hora, aunque no está amaneciendo ni tampoco estamos en la privacidad de nuestro dormitorio para disfrutar de algún que otro calambrito diario.
Ahora bien, mientras nosotros intentamos sobrevivir a tantos tropiezos, nuestra querida rival (uff, rival) ha estado desde el comienzo controlando con su vista periférica todos nuestros movimientos y es imposible no sentirse petrificado cuando nos lanza esa mirada que dice "PEDAZO DE PAJERO!" teniendo en cuenta nuestro delicado estado. En algún punto cuando todavía era novato (y me la sigo creyendo viteh) y me lanzaban esa mirada, la situacion se asemejaba al conocido chiste "todo sobre mi madre" (ohhh iré al infierno).
Por ende, esa mirada puede significar un golpe bajo y se estará poniendo a prueba nuestra resistencia física y mental, la cual quedara en tela de juicio con la mirada contestante. A ver amigo, si la cara que ponés cuando te tira esa mirada es de "no, no, no, es que pensé que eras mi abuela" o "no, no, me estaba fijando la hora" al tiempo que te sonrojas asquerosamente, no sé, a mi entender mi autoestima se va al muere, y me ha pasado, oh sí, muy grave.
Peeeeeeero si en cambio tiras una mirada langa y sonriente de "soy así y me la banco" (vivan los pajeros! daaale loco un poco de aguante) o de "ya sabés lo que miraba y no esta tan mal" o de "pareces una boluda (oh! he dicho una blasfemia!) no calientes la pava si no tomás mate"; el juego quizás podria estar resultando a favor, en muchos casos la señorita procede a hacer esfuerzos por no sonreir (lease CAGARSE DE RISA!), ohh que golazo.
Pues, el objetivo del juego? mm nose, tengo hambre y me canse de escribir.
Chau

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